Nada, y que no volvía la luz. En el camerino de Bill todos correteaban de un lado para otro. Todos? Nahh…
Alguien entró al baño mientras que yo desconectaba el secador rápidamente, por si habían saltado los plomos.
“Hallo…” susurró una voz.
No sé por qué, me acordé de Reden.
Bueno.. sí.
Porque era Tom el que acababa de entrar.
Y estábamos solos.
En un espacio de dos metros cuadrados.
Solos.
Era extraño. No estábamos demasiado cerca, pero yo notaba su respiración, tranquila y pausada. No como la mía, que parecía que me acababa de dar un infarto.
Noté que una mano acariciaba mi mejilla, una mano suave, cálida…
“Sólo venía a darte esto, tranquila” susurró.
Y unos labios rozaron los míos.
Al mismo tiempo, Tom introdujo entre mis dedos un papelito.
>Me da un beso y a al vez un autógrafo?<>
No, no era un simple autógrafo. En él estaban escritas dos de las cosas más deseadas por las fans de Tokio Hotel. Pero yo no podía saberlo…
En ese momento, volvió la luz. Pero aún alcancé a ver el bajo de unos pantalones gigantes que salían apresuradamente del baño. Salí del baño, buscándolo. Pero, debo decir, que me impactó muchísimo lo que vi.
Bill y Mästy estaban muy… acaramelados, digamos. Con sus manos en su cintura, Bill besaba a Mästy con pasión. Salí discretamente por la puerta. Estaban ellos solos… necesitaban intimidad.
Estaba impactadísima. En unas horas conocíamos a TH, y en unos minutos, Bill se morreaba con Mästy y Tom me perseguía.
Por cierto, qué era ese papel?
Abrí el puño, y vi el misterioso papelito. Lo abrí y, cuando ví lo que ponía, aluciné
Un número de teléfono y una dirección de Messenger.
“WAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!” chillé.
Eché a correr por el pasillo, pero algo me llamó la atención. En una puerta, había un papelito que indicaba:
Tom Kaulitz- Tokio hotel
Paré ante esa puerta. Se oía claramente a alguien tocando una guitarra, una guitarra que parecía una Gibson… Escuché atentamente, intentando averiguar la canción.
Mierda.
“Reden”.
Vaya, ya sabía las intenciones de Tom. Aunque… podría hacerle pensar en algo más que no fuera un rollo de una noche…
No supe qué hacer. Pasaba, o me quedaba allí?
La música cesó y, pasados unos segundos, se abrió la puerta. Tom salía y, me pareció a mí, a la calle a fumar, puesto que llevaba una caja de Malboro y un mechero.
Él no esperaba que yo estuviera allí, escuchando. Pero bueno, no me merecía la pena salir corriendo.
“Hallo…” le dije, sonriendo.
En ese momento pasaron Mëry y Georg, hablando ahora sobre música.
“Bueno, a mí me gustan mucho My Chemical Romance, Green Day, Avril…” pero, en ese momento, nos vieron a Tom y a mi, en pleno lanzamiento de miraditas, y se cortaron un poquito.
“Hola!” dijo Tom “Nos vamos a la calle, tengo el mono del tabaco, y tal… os venís?”
Georg sonrió.
“No, gracias. Nos vamos a mi camerino, quiero enseñarle algunas canciones que me gustan. Chao!” Dicho esto, se fueron por donde habían venido.
Tom y yo nos quedamos en silencio.
“Vienes?” me dijo, arqueando una ceja.
Yo me hice de rogar.
“Y qué ganaría con ello?” le dije.
“Un beso, te parece poco?” dijo, sin dudar.
“Mmm… Venga, te acompañaré. Pero que sepas que cuando una persona huele el humo del tabaco, es como si ella también fumara” me hice la científica.
“Pues bueno… entonces moriremos los dos juntos, y así nada nos separará. Te he convencido?”
Sonreí.
“Sí”
Y, en breve... mas!!!
By: Nuskii
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