Comentad, plis!
Locas, como locas estábamos. Dios, el concierto de TOKIO HOTEL!! POR FIN!! A duras penas, nos habían dejado ir. Así que allí estábamos, temblando, haciendo cola.
Pero Mëry no se podía callar. Qué niña!
“Oh, madre mía, me he traído un tanga rojo para tirárselo a Tom. A ver si acierto!”
Nada, y nosotras le seguíamos la corriente.
“Pero boba, apúntale tu móvil, a ver si te llama!” le dije, cachondeándome de ella.
“Ostras, qué buena idea!” y, dicho esto, se sacó un permanente de la manga y se puso a escribir números. Cuando acabó, puso: BY MËRY, y tan pancha que se quedó!
Adë y Mästy se partían. Por poco no tuvieron que ir al lavabo!
En ese momento, se abrieron las puertas del Telefónica Arena. Empezó la carrera!
Tras una serie de registros, a Adë le tiraron su colonia favorita, y a Mästy y a mí nos confiscaron el maquillaje. Pero nada importaba, nada, porque íbamos a ver a Tokio Hotel.
En cuanto nos lo permitieron, salimos disparadas a la primera fila. Y lo conseguimos! Ahí, justo delante del escenario, estábamos plantadas. Era como un sueño.
“Uff, estoy a punto de tirarme por un balcón!” Susurraba Adë
“Nein! Bitte, spring nicht!” le gritamos.
“O ‘Spring night’, como prefieras, Adë” murmuró Mästy con ironía. Adë se puso roja.
“Oye, que ya se escribirlo bien!” le chilló.
“Chicas, silencio! Se está llenando el estadio, no os separéis” dijo Mëry, con instinto protector.
Pues nada, media hora que nos tuvo sin poder hablar porque el maldito estadio se llenaba. Cuando abríamos la boca, se oía un fuerte “CHIIIIIISSTT!!”, y Mëry nos miraba con cara de reproche.
“Pero tronca, qué tiene que ver el hecho de que se esté llenando el estadio con el que tengamos que estar calladas??” le dije, histérica.
Y, insistiendo, conseguimos que nos dejara hablar! Pasó otra media hora hasta que las luces empezaron, lenta pero seguidamente, a apagarse. Cuando el pabellón entero quedó en penumbra, cientos de móviles se encendieron, iluminando un poquito el escenario..
Entonces, una sombra cruzó velozmente enfrente nuestra (bueno, velozmente… llevaba los pantalones gigantes, y apunto estuvieron de caerse varias veces), cogió una guitarra, que nosotras pudimos identificar claramente: ‘Tomito’ acababa de agarrar
Y ahí empezó la acción!
Fue un concierto increíble. La leche! Estuvimos justo enfrente de ellos; Mästy casi se desmaya cuando cantaron Reden! En fin… esa reacción tiene una historia muuuuuy larga… ^^
Finalizó el concierto. Ellas querían más, pero no se daban cuenta de que el resto del público (me incluyo) estaba totalmente agotado. Que niñas, nunca se cansan!! Por eso precisamente ellas no se dieron cuenta de que Tom nos observava ensimismados. A todas? No, sólo a una en especial.
Bill se acercó a su hermano, descojonándose por el espectáculo que estaban dando Mästy, Adë y Mëry. Pero Tom no pareció coscarse de ese gesto.
Yo no podía avisarlas de que dejaran de hacer el ridículo. Estaba impactada, impactada porque los Kaulitz nos estaban mirando con demasiado interés. Georg y Gustav no, ellos a su bola echando agua al público…
Hasta que, de pronto, recibí un baño monumental; quedé calada hasta los huesos.
“Me cago en la hostia!!!!! Quién ha sido el cabrón que me ha hecho esto??!!! Joder, estoy empapada!!!” me puse a chillar como una loca (soltando mi sartá de tacos habituales cuando me enfado). Hasta que me di cuenta de que Georg me estaba pidiendo perdón en alemán, con cara de arrepentimiento y, a la vez, de cachondeo. Ahí Tom estalló. Y venga a reírse.
Georg, para compensar, nos dijo, con cuidado de que las otras fans no lo oyeran; “Toma, si le entregas esto a los de seguridad, te dejarán pasar a nuestros camerinos. Tenemos un par de toallas para prestarte” y, dicho esto, me guiñó un ojo.
En cuanto se vació el estadio, nos dirigimos a donde nos había indicado Georg. No era muy prudente esperar cuando estuviera todo el mundo saliendo, así que esperamos a que el pabellón se vaciara mucho. Y, cuando sólo quedaron dos o tres grupitos de fans, le entregamos el papelito a un tío grande, con unos músculos enormes.
“Pasad” dijo, abriéndonos la puerta.
Entramos sin vacilar. Hubo un momento en el que no sabíamos por donde seguir, pero, entonces, vimos pasar una melena de rastas que, cuando se dio cuenta de quiénes éramos, se quedó mirándonos.
“Ah, me dijo Georg que os llevara a los camerinos” dijo Tom, acercándose.
“Gracias” le contestamos. (Todo en alemán, por supuesto… ya que nosotras sabíamos hablar!^^)
“Cómo os llamáis?” preguntó, mirándonos.
“Yo me llamo Patricia, ella Maria, ella Adela y ella Marina” le contestó Mästy, mientras que nos iba señalando. Tom se quedó mirándome.
“Buen baño, eh?” y se empezó a reir.
“Eh, menos cachondeito!!” empezaba a hartarme de la miradita que ponía al verme “Si no tuvierais esa mala costumbre de empapar al público.. Además, es que me he llevado yo sola la botella entera!”
“Bueno, no te pongas así. Tranquilita, eh?”
Mëry me pegó un codazo en la espalda.
“Tía, compórtate que es Tom!” susurró.
“En fin… ahora mismo os estoy llevando al camerino de Bill, que es donde guardamos las toallas. Te daremos las que necesites, y si eso… os firmamos autógrafos y tal, no tenemos inconveniente. Aunque esto no sea un Meet&Greet… nos habéis parecido muy majas, y también queremos a tí compensarte por lo del agua” A mi todo esto me sonaba a chiste. Estábamos en el camerino, con Tom Kaulitz, hablando sobre mi baño… chachi pistachi?
Estábamos como pez en el agua. Era bastante majo, y nos entendíamos muy bien.
Pasados unos diez minutos (porque a Tom le pesaban los pantalones y no podía correr demasiado) llegamos al camerino de Bill, donde nos esperaban éste, Georg y Gustav. Georg tenía las toallas preparadas a su lado, y, al entrar, sonrió y me tendió una.
“Toma” dijo “Siento mucho lo de la botella… aunque reconoce que te lo estás pasando genial” añadió, con una sonrisa picarona.
Oí perfectamente como Mästy suspiraba a mi espalda.
“Sí, bueno… La verdad es que esto de entrar en los camerinos de Tokio Hotel, que Tom se ría de tu… pequeña desgracia, que Georg te pida perdón, encima te den una toalla, y luego nos firmen autógrafos y nos hagan fotos… es algo extraño, si!” les dije, encantada.
Tom me miró, arqueando una ceja.
Mästy se fue directa a Bill, para hablar un ratillo. Él la recibió encantado. Se pusieron a hablar sobre los conciertos que ellos daban.
Adë intentó hablar un ratito con Tom, pero cambió de idea rempentinamente; vio que Gustav estaba solo, así que decidió acercarse a él, que habló con ella y, al instante, ya parecía que se conocían de toda la vida.
Mëry estaba como loca, correteando de un lado para otro. Pero en uno de esos arrebatos, Georg la agarró del brazo y tiró de ella.
“Hija, parece que tienes azogue! Cálmate un poco, anda!” Le dijo, sonriendo. Rápidamente, sacaron el tema de cómo se cuidaba Georg el pelo (xDDD)
Y yo… en realidad estaba muy entretenida secándome, pero Tom no me quitaba los ojos de encima. A mí me daba cosa, puesto que Mëry y Adë estaban locas por él, y a mi, si soy sincera, también me hacía ‘tilín’, pero… me contenía un poco. Cuando ya estaba algo más seca, Georg se acercó y me dijo:
“En el baño está mi secador… Hace mucho frío, así que si quieres secarte el pelo, te lo presto”
“Muchas gracias!” Le dije, muy contenta.
Me indicó a dónde tenía que ir, y, tras pasar la puerta del baño, encontré el secador justo encima del mármol. Lo enchufé y empecé a secarme el pelo. Cuando estaba por la mitad, alguien llamó a la puerta. De repente, se fue la luz (que oportuno… “¬¬).
Alguien entró.
¿Quién fue?
By: Nuskii
Espero que os guste!
1 comentario:
WAAAAAAAAA!!!!!!!!!
ES GUSTAAAAAAAV!!!!!!!!!!!!!!
XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
K RISA CON EL TANGA ROJOOOOOOOOOOOOOOOOO
XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
HA AKABAO EN EL HUERTOOOOOOOOOOOOOOOOO
XD
BY: MËRY
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